miércoles, 5 de noviembre de 2014

Niños gordos: nueva especie en extinción

Esta mañana era noticia que el sobrepeso infantil ha bajado. No sé que esperan que respondamos... igual quieren que les pongamos un pin por ello. La verdad es que esta noticia tenía que salir tarde o temprano, si ya lo dice el anuncio... "Toma niño, pan con pan y un poco de brío que el horno ya no está pa bollos, ni pa carne, ni pescao ni na de na". La verdad es que esta noticia años atrás debería ser la bomba pero ahora es más bien alarmante. Este es un ejemplo más de que vamos a ir perdiendo tradiciones, que nuestras costumbres se van a ir a tomar por culo y que las intenciones de los niños sufrirán una evolución histórica.

Yo no imagino un mundo sin niños gordos...
Yo era una niña gorda de pequeña... el tutú de ballet me lo ponían en la sobaquina porque no había tallas acorde a mi cintura. Se me daban bien las mates y la física, porque entendía perfectamente todo aquello que tuviera que ver con las medidas: que hablaban de litros, yo lo convertía en vasos de leche con galletas; que hablaban de kilos, yo ya estaba viendo la vaca de dónde iban a sacar el bistec que me iba a cenar por la noche; que Pedrito tenía 6 manzanas en la bolsa y le regala 3 a Piluca, ¿Cuántas manzanas le quedan en la bolsa? Ninguna porque ya me las había comido yo...

¿Qué va a ser de este mundo sin niños gordos? ¿A quién van a elegir el último cuando se tengan que hacer equipos para jugar en el patio? Antes era al gordo, ahora no... El día que haga viento ya me veo el panorama: "no, a Pablito no, que lleva 3 días sin comer y si viene una ráfaga perdemos la hora del patio desenganchándolo del árbol..."

Las fábricas de rodilleras están temblando... antes dónde había agujero, toma parche. Ahora no se llega a todo... si hay agujero déjalo que así ventila que no lo duchamos desde el 3 de enero que llovió un montón. Ahora los que se frotan las manos son los de la industria del candado, sí, un niño = una fiambrera = un candado. En nuestra época robaban los bocatas los gordos o los porculeros, ahora se roban por necesidad. Antes los parámetros para abrir o cerrar un colegio eran educacionales, ahora va por árboles en el patio: si no hay un árbol por cada  niño que se pueda comer el desayuno escondido detrás te lo cierran... Antes sonaba la campana y era una alegría escuchar todo ese barullo de niños por los pasillos desbocados hacia el recreo, ahora no, los que tienen bocata de foie gras o chorizo salen primero, después van los del bollycao y los donetes, y los que no llevan nada están bajo custodia hasta cerciorarse que los demás se lo han comido todo. Todo se transformará... Nuestros hijos cambiarán esa frase tan típica de "¿De qué lo traes tú hoy?" por la de "¿Te vas a acabar eso?".

El otro día, a las 9 de la noche en el parque había una señora que llevaba una galleta en la mano e iba diciendo "Misi, misi". Me acerqué y le pregunté: "¿Quiere que le ayude a buscar al gato?" Y me contestó: "No hija, si estoy buscando al crío que empezó a jugar al escondite a las 6 de la tarde y ningún amiguito lo ha encontrado todavía...". A la media hora dimos con él detrás de la cadena que sujetaba el columpio, con los ojos ensangrentados y diciendo "¿He ganado mamá? ¿He ganado?"
Hoy también, en el mismo sitio, le decía una mujer a otra: "Puri, tú hijo se está comiendo el césped" . A lo que Puri le ha contestado "Déjalo, que así se purga".

La verdad es que todo esto da puta pena... Siempre al final los más damnificados acaban siendo los niños... que hay recortes en educación, los niños. Que al que trabaja lo explotan y está en el curro 20 horas pagándole 5, sus niños. Que hay crisis, los niños. Que hay problema de hambruna, los niños. Que papá o mamá están "pa'talleres", los niños. Así que si tenéis un hijo, como mínimo, EDUCADLE, que él no ha pedido venir a este mundo de locos y yo creo que igual se lo merece, no?


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